Resulta que la justicia francesa ha pedido a los jueces catalanes que dejen de enviar documentos escritos en catalán, dado que su normativa de usos lingüísticos limita las lenguas en que recibe comunicaciones al inglés, al alemán, al italiano y al español. El empleo de la lengua regional/autonómica como un instrumento al servicio de la desvertebración del estado y, aún más, la complacencia de las instituciones y los partidos estatales es del todo
incomprensible en Francia.
Aceptemos que en nuestro patio de vecinos a veces hacemos
cosas muy raras, que a muchos pueden llegar a agradarles -a algunos, incluso, les dan de comer-. Pero no esperemos que el edificio de enfrente entienda nuestras
dèries tercermundistas.
P.D.: Sigo a la espera de mi pasaporte estadounidense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario